La cuestión de si un cristiano debería compartir su vivienda con alguien depende en gran medida del contexto, las intenciones y las posibles repercusiones espirituales y morales de dicha convivencia. La Biblia no aborda directamente este tema en el contexto moderno de compartir una vivienda, pero sí ofrece principios importantes que pueden ayudar a discernir.
1. **Evitar el pecado y la apariencia de pecado**
La Escritura enfatiza la importancia de abstenerse no solo del pecado, sino también de dar cualquier apariencia que pueda ser malinterpretada como una conducta inmoral:
– “Absteneos de toda especie de mal.” (1 Tesalonicenses 5:22)
Esto es especialmente relevante si compartir la vivienda conlleva una percepción negativa desde un punto de vista cristiano o podría causar que otros tengan dudas sobre el testimonio del individuo.
2. **Evitar el yugo desigual**
La Biblia advierte a los creyentes sobre el “yugo desigual con los incrédulos,” algo que puede aplicarse en contextos como sociedades, relaciones cercanas e incluso convivencia:
– “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14)
Aunque esta advertencia se dirige específicamente a las relaciones espirituales profundas (como el matrimonio), también puede aplicarse en circunstancias en las que conviven valores incompatibles.
3. **Amor al prójimo y hospitalidad**
Por otro lado, la Escritura anima a los creyentes a ser hospitalarios y a mostrar amor:
– “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.” (Hebreos 13:2)
– “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis.” (Mateo 25:35)
Compartir vivienda en un contexto de ayuda genuina, hospitalidad y amor cristiano puede ser una manera de cumplir con estos mandamientos.
4. **Protección y cuidado en las relaciones**
La Biblia advierte sobre los peligros de situaciones que pueden llevar a la tentación o al pecado:
– “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.” (2 Timoteo 2:22)
Si la convivencia pudiera crear un entorno donde surjan tentaciones o situaciones comprometedoras, sería prudente evitarla.
5. **El testimonio del creyente**
Es importante considerar cómo las acciones de un cristiano afectan su testimonio frente a los demás:
– “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:16)
Si compartir la vivienda puede poner en peligro la percepción del testimonio cristiano, es crucial reflexionar antes de actuar.
En conclusión, la respuesta dependerá de la relación entre las personas, las circunstancias específicas, y cómo se alinean con los principios bíblicos. Un cristiano debe buscar siempre glorificar a Dios en sus acciones (1 Corintios 10:31) y tomar decisiones que reflejen su deseo de honrarlo y vivir de acuerdo con Su Palabra.